“Pan, T” es lo que se podía leer en un muro del Balneario de San Miguel en Almería el 14 de Agosto de 1976.
El cadaver de un joven de 19 años, Javer Verdejo, yacía en la playa cercana abatido por un tiro. Según la guardia civil, unos jovenes fueron sorprendidos haciendo la pintada e ignorando la orden de alto salieron corriendo. Un guardia civil tropezó y su arma se le disparó alcanzando accidentalmente a uno de los jovenes que huían.
Que la familia no denunciara en su dia los hechos ayudó poco para saber en detalle lo que ocurrió. El caso se cerró con la controvertida versión que exhimía a la guardia civil de culpa a pesar de las dudas que surgían de algunas pistas y de las versiones de los compañeros. Las autoridades intentaron que la muerte de Javier no dinamitara la situación en una época convulsa de por sí.
Javier Verdejo era hijo de Guillermo Verdejo, farmaceútico que había sido años atrás alcalde de Almería. En su biografía (murió con más de 90 años en Febrero de 2011) como científico y persona ilustre de su ciudad se suele mencionar que un hijo suyo, militante en una organización de izquierda revolucionaria, fue muerto violentamente en 1976.
En el entierro el féretro de Javier Verdejo fue arrebatado a la familia por sus compañeros y fue llevado a hombros por decenas de personas que se iban turnando de entre la multitud que acompañaba al ataúd durante los tres kilómetros que separaban la iglesia del cementerio. Una auténtica manifestación a pesar de que Roberto García-Calvo, gobernador civil de Almería en 1976, “aconsejó” a diversos activistas políticos de izquierdas que no se armara demasiado alboroto.
Roberto García-Calvo murió en 2008 siendo miembro del Tribunal Constitucional desde que en el 2001 fuera propuesto por el PP.
En el artículo 10 de La Ley de Memoria Histórica re recoge una indemnización de 135000 euros a los hijos o conyuge (en sentido amplio) o en su defecto a padres, nietos o hermanos de los fallecidos “en defensa y reivindicación de las libertades y derechos democráticos” entre enero de 1968 y octubre de1977.
Todos los años aparecen pintadas nuevas donde se puede leer el lema completo que Javier Verdejo pretendía escribir: “Pan, Trabajo y Libertad”.